viernes

Me sigue mirando. En apenas 6 paradas me ha mirado 7 veces. Me mira y luego vuelve a meter la cara en un cuaderno forrado de piel que lleva en las manos.Al principio pensé que me estaba dibujando. Lo descarte por su forma de mover el boli. Por si acaso llevo cuatro túneles metiendo tripa. Estaba claro que era escritora. era una escritora escribiendo una historia en la que yo era el personaje principal. Quizá era una novela policíaca. Un thriller en el que yo,bueno, yo pero con otro nombre (Ella no sabe mi verdadero nombre), investiga unos crímenes misteriosisimos porque una atractiva bailarina había venido a mi despacho pidiéndome ayuda con lágrimas en los ojos, y yo, como buen héroe moderno, o contemporaneo, que suena mejor, la ayudo.
Entre arriesgadas y eróticas aventuras voy consiguiendo información sobre el calvo malvado( Siempre son calvos),para después chantajearle y extorsionarle.
Para ayudar a la escritora a cuadrar la esencia de mi personaje, mi otra esencia, no dejo de mirarla con ojos intensos y románticos.Ella se da cuenta. Baja la cabeza y cierra el cuaderno. Creo que me he pasado. Demasiado intenso.
Aunque bien pensado podría estar haciendo lo mismo que yo, mi otro yo, el contemporanio, quiero decir. A lo mejor esta consiguiendo información sobre mi para luego chantajearme con el tema de la bailarina. Yo no me pienso dejar. Tengo la mirada clavada en ella esperando el mas mínimo error en su coartada de escritora de novelas policiales.
¡Ja!, se lo que estas intentando.- Le digo gritando muy sereno. Ella me mira. Todo el vagon me mira. Dos paradas mas y la malograda espía, que no ha vuelto a mirarme para disimular, finge que ha llegado a su estación y se baja.
Venirme con espías, chantajes y extorsiones a mi, que esta historia ya me la conozco.

1 comentario:

Andichan dijo...

Me ha encantado, pero encantado de verdad.