martes

A Paradick Lamia le gustaría recordar en que momento se tragó el ratón que le roe las entrañas cada vez que piensa en ella en los brazos de otro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Paradick Lamia sufre tanto por amor a ella o por amor a sí mismo?

Unknown dijo...

Como odio el anonimato.
El anonimato y el onanismo.
El anonimato ,el onanismo y las respuestas faciles.

Sufre por amor a si mismo.
Sufre porque sabe que sin amarla no existiria.
Literalmente.
Literariamente.

Anónimo dijo...

Un hombre que se mira mucho a si mismo corre el riesgo de no distinguir cual es su cara y cual es su careta...
Lo que escribes tiene mucha fuerza y demuestra sensibilidad. Pero, desde mi anónimo punto de vista, está en un mundo muy pequeño.

Unknown dijo...

Antes tenia un mundo mas grande pero tardaba mucho en limpiarlo.

Lo que escribo son pequeñas pataletas. Sin mas

Ademas, Anonimo ser, no te puedes hacer a la idea de lo pequeño que es mi mundo (Mi mundo como blogero almenos), ya que es un mundo para solo dos personas.
Asi que el muerto, el gorila ,el asesino, el guerrero barbaro y yo, tenemos que mirar desde fuera la mayoria de las veces.
Por mas gilipolleces que digo y parece que siempre hay espacio para mas.
El tamaño no importa

Anónimo dijo...

Yo tuve mi anónimo pequeño mundo y casi me asfixio en el... aunque se limpiaba rápido!
Y al leerte he conectado con ese sentimiento asfixiante, espero que tengas un agujerito por dónde entre algo de luz en alguno de tus mundos.

Anónimo dijo...

Los dos nos tragamos ese ratón. En algún momento. Con alguno de los besos entusiastas del principio...
Roedor con sabor a beso.
Tal vez germinó sin más fruto de nuestras salivas. Hace años. Cuando nos conocimos...
Antes nos hacía cosquillitas y ahora nos duele...
Nos araña y nos duele.
Tenemos que dejar de alimentarlo... y morirá.
Y seremos libres.
Libres...
Para empezar. Para seguir. Para acabar.
Libres para querernos. O para olvidarnos.
Libres para decidir fuera del rencor, los celos y la ceguera apisonadora en que no nos vemos.